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Las neuronas perdidas

Autor: Javier Guitián  (La Voz de Galicia )Fecha 18/1/2010

 De todas las noticias publicadas en las últimas semanas, una me ha sorprendido sobremanera.

Se trata del extraño comportamiento de Druse vom Höllengrund, una perra de caza que, extraviada, buscó ayuda en la oficina de objetos perdidos de la localidad de Bredstedt, en el norte de Alemania.

El can sorprendió a los empleados de la citada oficina al entrar en la misma, nada más abrir sus puertas, y acostarse al calor en una esquina. Según informó el rotativo Flensburger Tageblat t, la perrita esperó pacientemente ante la puerta automática, ya que «su reducido tamaño no era suficiente para activar el mecanismo de apertura».

¡ Animalito !

Se preguntarán por qué me he fijado en esta noticia y no en otras de temática ambiental, lo que parecería mucho más lógico.

Pues la razón es que en esa materia no he encontrado nada fuera de lo habitual.

Veamos: aparte del consabido vaciado de los ríos Sil y Eume, nada me ha sorprendido la construcción de una pasarela de madera en el parque nacional de las Illas Atlánticas.

Es verdad que afecta a una de las áreas terrestres de mayor valor biológico de las islas Cíes, pero ¿qué tiene de raro cargarse las dunas y que tenga que intervenir el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil en uno de nuestros espacios protegidos?

Nada.

Tampoco me ha parecido relevante que la laguna de Valdoviño desaparezca repentinamente.

Al fin y al cabo, molestaba al paseo marítimo y siempre se pueden construir lagunas artificiales.

Por poner alguna pega, tal vez echo de menos un decreto que prohíba a las aves invernantes venir este año a esa zona de «especial protección», pero, por lo demás, todo normal.

No les niego que me ha llamado la atención el rápido llenado del lago de la antigua escombrera de As Pontes, sin duda un hito de nuestra política, pero así podremos evaluar con rapidez los efectos del «enfriamiento global» en la población local.

También me ha sorprendido la afirmación de que la biodiversidad es más alta en la citada escombrera que en las fragas del Eume, ya que plantea una interesante vía para mejorar la diversidad biológica gallega, pero poco más.

 En resumen, nada nuevo hay que comentar en la política ambiental gallega, ya que nuestro noticiario sigue siendo un catálogo de barbaridades realizadas sin criterio alguno.

Sin duda entenderán ahora mi admiración por Druse , si me permiten la familiaridad, y mi atención a tal noticia, porque además de transmitirnos esperanza y sosiego nos sugiere algunas cuestiones de interés.

Para empezar, la historia del perro ocupa la sección de sucesos y es ahí donde, en mi opinión, deberían situarse las noticias sobre el medio ambiente en Galicia.

No sabemos las razones del extravío del can teutón ni tampoco las de la pérdida de rumbo de nuestra política ambiental.

La única certeza que hoy tenemos es que, al contrario que el cánido, los responsables de esta no han acudido a la oficina de objetos perdidos más próxima.

Yo sí he estado allí tratando de recuperar el agua de nuestras lagunas y la vida de las citadas dunas, pero, como era previsible, nada he encontrado más allá de unas cuantas neuronas perdidas.

Javier Guitian Rivera , es catedrático de Botánica en la Universidad de Santiago.

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