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Antón da Sobreira

don Isaac !

Cerámica y algo más Javier Guitián (La Voz de Galicia )           Fecha : 08-01-2010

Por razones que no vienen al caso, hace tres décadas que conozco la empresa Sargadelos en Cervo, a Isaac Díaz Pardo y a muchos de sus empleados.

Allí he disfrutado en numerosas ocasiones, conservo buenos amigos y acudo, por razones diferentes, varias veces al año.

Si los lectores me permiten esta confesión personal, les diré que Cervo constituye un punto de referencia en mi vida, pero créanme si les digo también que algo ha cambiado en los últimos tiempos y que la actual situación de la empresa algo ha tenido que ver.

La cerámica de Sargadelos representó para muchas personas de mi generación una referencia desde diferentes puntos de vista.

En lo cultural, además de por la originalidad de sus piezas, por su labor de edición de obras literarias, por las conferencias, exposiciones, etcétera.

Desde el punto de vista científico, la empresa Sargadelos fue pionera en establecer acuerdos de colaboración con la Universidad, potenciando la investigación en el campo de los materiales y la cerámica, y formando investigadores.

 Pero es en el campo social donde yo creo que la empresa ha jugado un papel relevante, contribuyendo a crear en su área de influencia un entorno cultural accesible, una dinámica de interconexión entre la cultura y la población local de la que fueron buen ejemplo las experiencias de cerámica de cada verano.

 El espíritu de Sargadelos fue mucho más allá de los límites de la fábrica y, en mi opinión, eso era lo que se compraba, salvo que las actuales cifras de ventas me corrijan.

No pretendo dibujar un panorama idílico y sé que se han cometido errores, pero les pido a los lectores una reflexión sobre la cuestión.

¿Han pensado qué valores culturales, sociales, etcétera, han generado otras empresas que explotan los recursos naturales?

Piensen en las pizarreras de O Courel, por poner solo un ejemplo.

¿No les parece que quienes han llevado en sus manos la empresa Sargadelos defendían unos valores que la mayoría podríamos compartir independientemente de nuestra posición sobre el contencioso actual?

Y ahora, por más cosas que nos cuenten, lo único que sabemos cierto es que los trabajadores están sometidos a un severo expediente de regulación de empleo, que la labor cultural ha desaparecido y que el futuro no pinta nada bien.

Por ello cuando el próximo lunes Díaz Pardo entre en la asamblea de accionistas, todos, independientemente de su posición, deberían ponerse en pie como señal de respeto a quien ha aportado a este país más de lo que muchos de ellos jamás alcanzarán a comprender.

No les hablo de acciones ni de resoluciones judiciales, les hablo, sencillamente, de respeto.

Porque si hay algo que nunca imaginé, y que me resulta nauseabundo, es verle convertido en pieza de caza en vez de en figura de cerámica.

Javier Guitián  es catedrático de Botánica en la Universidad de Santiago

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